Manu Sánchez (A Coruña, 29/10/1978) es el principal responsable de los éxitos de la sección femenina del Deportivo desde su creación. Podría sonar a palabras mayores, pero es lo que en su día fueron Alex Ferguson en el Manchester United o Arsène Wenger en el Arsenal. Y en clave deportivista como Jabo Irureta, que estuvo nueve años al frente; Manu, que ha renovado hasta 2023, va a comenzar su quinta temporada y tiene contrato para hacer siete.
Un referente, un tipo ejemplar, un currante. No se entiende el Deportivo ABANCA sin él y viceversa. Es el padre de un equipo que alcanzó la cúspide del fútbol nacional el 19 de mayo de 2019 al lograr el ascenso a Primera Iberdrola tras vencer en el play-off final al CD Femarguín y en la eliminatoria anterior al Alhama CF, previo título de campeón del Grupo 1 de Segunda División.
En su mochila lleva 163 encuentros en sus cuatro campañas en el banquillo blanquiazul: 105 oficiales y 58 amistosos (los últimos 21 en Primera Iberdrola, 78 en Segunda División Nacional, 2 en Copa de la Reina y 4 de play-off de ascenso a la máxima categoría). Un crecimiento firme y con fundamentos. Al margen de momentos señalados, el mayor éxito de Manu es haber logrado transformar año a año la estructura de equipo femenino dentro del club hasta un presente de elogios después de un curso 2019/20 de matrícula de honor con la cuarta plaza.
Fue una temporada de un merecido reconocimiento y con días señaladas como la victoria en Lezama, la remontada al Tacón, el 7-2 en la Copa de la Reina al Valencia o la eliminatoria de cuartos en el Johan Cruyff haciendo sufrir al Barcelona hasta que Hamraoui deshizo el 0-0 en la prórroga. El listón está alto, pero la ilusión es enorme y hay brotes verdes para seguir escribiendo páginas inolvidables.
Atrás quedaron recuerdos imborrables como el primer Teresa Herrera en Riazor, con victoria en los penaltis ante el Villarreal tras el 2-2 en el tiempo reglamentario, el amistoso en la pretemporada del año del ascenso frente al Benfica en Da Luz y con 10.000 espectadores y, de lo que más se enorgullece Manu, el visto bueno del club a su propuesta inicial de apostar por jugadoras jovencísimas como Tere Abelleira, Nuria Rábano, Rosalía o Laura Vázquez, que tenían 16 años, y que a día de hoy son futbolistas profesionales.
Manu es del Dépor desde niño, sin segundo equipo. En todos los cumpleaños de crío soplaba las velas deseando defender un escudo que lleva impregnado a fuego. Cuando arrancó el proyecto en la 2016/2017, su ilusión era llevar al Deportivo a Primera. Misión cumplida y todo lo que ha ido llegando jamás lo hubiera imaginado, pero tiene una explicación: trabajo, trabajo y más trabajo. Por seguir soñando, ojalá pudiera escuchar el himno de la Champions en Riazor dirigiendo a este equipazo de gladiadoras.