Zaïra Flores (04/11/1993) describe a la perfección la radiografía de jugadora de equipo. Para ella, cada acción está focalizada hacia un objetivo colectivo, en el triunfo global. Porque entiende que cada jugadora es una pieza de un engranaje, todas importantes e imprescindibles para que funcione a las mil maravillas, desde la acción más llamativa a la que pueda parecer irrelevante.
En el eje de la medular, con argumentos para actuar también en la retaguardia, brilla por su sacrificio, entrega y compromiso, y busca dar equilibrio a su equipo del primer al último minuto. Entre sus muchas cualidades está la salida fácil de balón y el respiro que le ofrece al equipo en situaciones comprometidas. Crecer, consolidarse y ser profesional en la Primera Iberdrola son sus propósitos. El inmediato es lograr la salvación con el Rayo Vallecano, con quien cumple su primera campaña.
Tras un proceso de prueba, Zaïra entró en la escuela del fútbol del Barcelona en la temporada 2004/2005. Antes del inicio de la 2006/2007 eliminaron las últimas categorías femeninas y fichó por el FC Levante Las Planas, de su Sant Joan Despí natal, y estuvo un año en Fútbol-7 y otra en Fútbol-11, siendo la capitana en Cadete-Juvenil. En esa misma categoría regresó al Barça (2008/2009) y empezó su crecimiento. Con 15 años dio el salto al filial (de la 2009/2010 a la 2011/2012) y en los dos últimos cursos llevó el brazalete de capitana en Segunda División, la actual Reto Iberdrola. Jugó además el Campeonato de España con la selección catalana (llegó hasta semifinales) y en el final de su primera etapa en el segundo equipo culé fue citada para ejercitarse con la selección española Sub-19.
En la temporada 2012/2013 subió al primer equipo. Un sueño hecho realidad. La recompensa a un trabajo duro. No obstante, al curso siguiente volvió al FC Levante Las Planas para competir contra las mejores. Lástima el descenso, pero su rendimiento no pasó desapercibido ya que fue elegida en el Once de Oro de Fútbol Draft junto a Esther Sullastres, Itziar Gastearena, Paula Nicart, Leila Ouahabi, Virginia Torrecilla, Nagore Calderón, Amanda Sampedro, Cristina Martín-Prieto, Alexia Putellas y Bárbara Latorre. Aunque como colectivo no consiguieran el propósito final, este premio reflejó su gran trabajo individual. Decidió quedarse en el club con el objetivo de recuperar el terreno perdido. Ganaron la Liga en el Grupo III, pero se quedaron a las puertas del ascenso en el play-off, que sí lograron el Oiartzun y el Granadilla.
Antes de regresar al FC Barcelona (2018/2019) para formar parte de su filial, Zaïra completó dos temporadas en la máxima categoría con el RCD Espanyol (2015/2016 y 2016/2017) y en la siguiente firmó con el CE Seagull de Badalona en la División de Plata. Su segunda etapa en el B azulgrana comenzó con la clasificación para la Reto Iberdrola del año siguiente. En el pasado curso, su rendimiento le abrió las puertas del Rayo Vallecano, con el que está compitiendo en la actual Primera Iberdrola.
Su paso como vallecana está siendo complicado por un contexto marcado por el COVID-19, pero bonito por volver a una Primera Iberdrola mucho más competitiva y rodeada de un vestuario comprometido. Para Zaïra, una de las incorporaciones del proyecto 2020/2021, su aterrizaje fue muy fácil, ya que le acogieron muy rápido, sintiéndose como en casa. Una familia unida junto a sus compañeras y el cuerpo técnico, codo con codo para conseguir los objetivos. Ha participado en 15 encuentros, siete como titular (676 minutos) y ha anotado un tanto: el del 1-1 en la última jugada del partidazo del derbi de Reyes ante el Atlético.
Admiradora de Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Vicky Losada, de sus inicios recuerda a Asensio, su primer entrenador en la escuela del FC Barcelona. De él aprendió el valor de la exigencia y el sacrificio, la importancia del trabajo en equipo y lo que significa ser futbolista. Son valores que le han acompañado a lo largo de su trayectoria. De todos los entrenadores y entrenadoras, con los que ha coincidido, se ha empapado de un sinfín de aprendizaje y su agredecimiento es absoluto. Prácticamente en la totalidad de los recuerdos de su infancia aparece un balón de fútbol. A los 2-3 añitos disfrutaba con su tío-abuelo (Tito) al lado de unas pistas de tenis. Su familia es del mundo del baloncesto y solamente un tío suyo jugó al fútbol cuando era joven. De esa historia se enteró cuando comenzó su andadura en el FC Barcelona.