Liliana Llopis Castillo (16/06/1996) transmite valencianismo por los cuatro costados. Es el club de su vida. Luce su escudo desde la creación de la sección (2009), aunque un año antes ya estaba en el Colegio Alemán y disputaba torneos como VCF Femenino. Pero sus primeros pasos en el fútbol fueron aún más pequeña, en el Levante y jugando con chicos desde los seis añitos.
Del primer día en el Valencia, Lili recuerda la emoción de un montón de niñas que eran partícipes del inicio de un proyecto ilusionante, que cumplían un sueño. Muchas de ellas ya eran amigas del paso previo en el Colegio Alemán y lo siguen siendo, con la misma confianza, aunque con el transcurso del tiempo sus caminos se hayan ido separando. Cuando se ve las caras con ellas cara a cara siempre es especial y un reto apasionante.
Lili empezó con 12 años en el C y allí estuvo tres años y medio porque en la temporada 13/14 alternaba con el B. Al curso siguiente ya se asentó en el B hasta la 16/17 que se marchó a Francia de Erasmus y jugó en el ASPTT Montpellier. Estudia Filología francesa y le recomendaron que diera ese paso para mejorar tanto a nivel cultural como lingüístico. Al volver continuó en el Valencia y hasta ahora que luce galones de capitana en el filial del Grupo Sur de la Liga Reto Iberdrola.
Su primer entrenador se llamaba Nacho y lo tuvo en el Levante. Allí vivió uno de los momentos que más le han marcado durante su infancia cuando les anunció que no continuaba con ellos. Todos sus compañeros se pusieron a llorar y ahí se dio cuenta de que era una más y que les iba a echar mucho de menos. Eran sus amigos desde hacía tres años y se separaba de ellos para siempre.
Justo antes de marcharse a Francia disfrutó de otro momento inolvidable: el primer título. Fue la Liga de Segunda División, en el último partido contra el SPA de Alicante, en su campo y tras darle la vuelta al marcador. También recuerda la I Copa Federación en junio de 2018 después de no haber obtenido los resultados que el equipo esperaba en Liga y, sobre todo, la apoteósica temporada 18/19 con la Liga de Segunda División, el ascenso a la Reto Iberdrola y la II Copa FFCV.
Las primeros recuerdos que tiene con el balón son con su padre Javier en el pasillo de su casa. Y también en el parque con los niños de su barrio, siendo la única chica que jugaba a fútbol por entonces. Su padre siempre ha estado ligado a equipos de fútbol porque es fisioterapeuta, pero igualmente su familia siempre ha convivido con el deporte.
Liliana es una jugadora con mucha garra, energía e intensidad, con autoridad en las disputas aéreas y en los uno contra uno. Líder en el campo y también en el vestuario, ya que siempre intenta aportar su granito de arena sea como sea. Pura pasión por el fútbol como la de su ídolo Carles Puyol. Del fútbol femenino, por aspectos técnicos, potencial y características dentro del terreno de juego, se fija en la francesa Wendie Renard.
Con esa mentalidad ganadora, su propósito en colectivo es que el VCF B se consolide en la categoría y vaya creciendo partido a partido en una Reto Iberdrola muy competitiva y que obliga a sacar la mejor versión de cada jugadora. Mientras que a nivel personal, Lili piensa en el día a día, en superarse entrenamiento tras entrenamiento y rendir al máximo en los partidos, aprender de los errores que pueda cometer y no repetirlos e ir experimentando nuevas experiencias dentro del fútbol.